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Reseña comparativa: El azul es un color cálido vs. La vida de Adele

Justo hace unos días me leía este cómic de Julie Maroh, que se ha hecho célebre a causa de su polémica adaptación cinematográfica, que vi en salas el pasado mes de noviembre. Ahora que conozco ambas versiones de la historia y constatado que tienen tantos puntos en común como divergentes, me he animado a escribir una reseña de ambas.

El azul es un color cálido:.
Ficha técnica y sinopsis:
Autor: Julie Maroh
Editorial: Dibbuks
nº de páginas: 156
Precio: 18 euros
ISBN: 9788492902446

«La vida de Clementine se altera el día que conoce a Emma, una chica de cabellos azules que le hace descubrir todas las facetas del deseo y le permitirá enfrentarse a los demás. Una historia tierna y emotiva.»

Resumen y opinión personal:
El cómic nos cuenta la historia de Clementine, que ella misma nos narra a través de sus diarios, desde que tiene quince años. Al principio la vemos como una chica normal, una estudiante que sale con sus amigas y a la que se acelera el corazón si un chico guapo le habla, pero el encuentro fugaz y fortuito con una chica de cabello y ojos azules le hará tener dudas acerca de su sexualidad, que seguramente estaban allí desde antes.

A partir de entonces, Clementine lucha, primero por negar su homosexualidad, luego por aceptarla y finalmente para que la acepten los demás, a la vez que narra su historia de amor con aquella misteriosa chica de azul.
Yo no soy una gran entendida en cómic, y no me voy a parar a valorar aspectos técnicos del dibujo.

Baste decir que sin ser una preciosidad, el dibujo me gustó. Algo tosco a veces, otras más delicado, con un gran gusto por el detalle, me pareció adecuado para el tono de la historia. Casi todo el tomo (calculo que más de tres cuartas partes) está dibujado en blanco y negro, siendo el único color reconocible el azul de Emma, detalle que también me pareció interesante. 

En cuanto al tono de la historia en sí, me pareció un tanto melodramático y la narración de los diarios de Clementine impregna toda la historia de tristeza y anticipación. Por otro lado, mientras leía me daba la sensación de que la historia era más «esbozada» que contada, en tanto en cuanto había muchas cosas que se dejaban en el tintero y que uno venía intuyendo por posteriores acontecimientos. Quizás este efecto fue buscado, imitando el estilo de una adolescente que escribe en su diario con más o menos constancia, pero a mí me molestaba, porque tenía la sensación de que «me faltaba algo». 
El final, que ya se nos augura desde la primera página del tomo (en otro efecto de melodrama), me pareció demasiado acelerado. No sólo por los saltos en el tiempo que el cómic hace continuamente (en tanto en cuanto seguimos a Clementine durante casi 20 años), sino también porque creo que la autora no se permitió el tiempo (y las viñetas) suficientes para desarrollar el desenlace de la historia.
En cuanto a la historia de amor en sí, creo que está muy bien contada en la primera parte del cómic. La manera en la que Emma y Clementine se conocen, y en la que ambas entablan primero una amistad, luego una relación sexual y finalmente una relación amorosa, pero ya que la historia cuenta el inicio y el fin del amor, creo que debería darle el mismo nivel de detalle a ambos, y no contar con pelos y señales como se enamoran para luego pasar de puntillas por el declive de esa relación.
Aunque parezca que mi crítica es muy negativa no lo es tanto en realidad. A pesar de sus carencias, creo que la lectura de este cómic puede ser interesante para algunas personas, al menos lo ha sido para mí. 

La vida de Adèle:
Título original: La vie d’Adèle – Chapitre 1 & 2 (Blue Is the Warmest Color)
Duración:180 min.
País:Francia
Dirección: Abdellatif Kechiche
Guion Abdellatif Kechiche, Ghalya Lacroix (Novela gráfica: Julie Maroh)
Fotografía: Sofian El Fani
Reparto: Adèle Exarchopoulos, Léa Seydoux, Salim Kechiouche, Mona Walravens, Jeremie Laheurte, Alma Jodorowsky, Aurélien Recoing, Catherine Salée, Fanny Maurin,Benjamin Siksou, Sandor Funtek, Karim Saidi
Producción: Wild Bunch / Quat’sous Films / France 2 Cinema / Scope Pictures / Vértigo Films / RTBF / Canal + / CNC
Adèle (Adèle Exarchopoulos) tiene quince años y sabe que lo normal es salir con chicos, pero tiene dudas sobre su sexualidad. Una noche conoce y se enamora inesperadamente de Emma (Léa Seydoux), una joven con el pelo azul. La atracción que despierta en ella una mujer que le muestra el camino del deseo y la madurez, hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Adaptación de la novela gráfica «Blue», de Julie Maroh. (FILMAFFINITY).

 Resumen y opinión personal:
Esta película nos cuenta la historia de Adèle (la Clementine del cómic), una chica que, al igual que su predecesora en el papel, estudia en un instituto y no sólo tiene que lidiar con el drama cotidiano de ser una adolescente, sino también con ciertas dudas acerca de su propia sexualidad. De nuevo, es el encuentro con Emma el que desencadena toda la historia.
«La vida de Adèle» es una de esas películas que no deja indiferente a nadie al ser bastante polémica, y no sólo por sus explícitas escenas de sexo, sino por la trifulca que se montó entre las actrices y el director. Sin embargo, yo creo que no debemos dejar que eso nos condicione a la hora de ver esta película, sino intentar verla con la mente abierta, porque si no es que no hay manera.
Se entiende el título de «La vida de Adèle» en tanto en cuanto nos parece que el foco está, permanentemente, puesto en ella. Su vida se cuenta con tal nivel de detalle que nos da la morbosa sensación de estar contemplando a alguien de verdad, a través de una mirilla indiscreta. No sólo somos testigos de su historia de amor con Emma, que es el centro del cómic, sino también de toda su cotidianidad. El director se recrea en abundantes primerísimos planos del rostro de Adéle cuando come, cuando duerme, cuando se sorbe los mocos. A lo largo de la película se la sexualiza constantemente, no sólo cuando se ducha o hace el amor, sino también cuando mastica, cuando llora, cuando está en clase. Su permanente expresión de no enterarse bien de lo que pasa a su alrededor y su aire núbil consiguen que uno casi se sienta como un pervertido al mirarla permanentemente con esos ojos. 
Fue precisamente en eso (y no en sus célebres escenas de sexo explícito) donde yo encontré la obscenidad de esa película, y entiendo el enfado de las actrices con el director, por poner su ojo tan pero tan cerca de ellas, consiguiendo casi objetivizarlas. En cuanto a las famosas escenas de sexo, repito que a mí ni me incomodaron ni me resultaron lo más obsceno de la película, pero mentiría si dijera que no me sorprendió lo explícitas que son, rayando peligrosamente el género porno, en tanto en cuanto las actrices debieron implicarse en ellas mucho más de lo que estamos acostumbrados en el cine convencional. Sorprende como una actriz tan joven como Adèle Exarchopoulos decidió tomar un papel tan lleno de riesgos, y aun así, salir sorprendentemente airosa. Sin embargo, a pesar de que el protagonismo recae en la joven actriz, era su partenaire quien se comía la pantalla.
No es de extrañar que Léa Seydoux se haya convertido en la chica de moda. No sólo su misteriosa belleza la hacen ideal para el rol de Emma, Léa construye un personaje profundamente erótico, seductor, femenino y masculino a la vez, y esa androginia tan llena de matices la aleja indefectiblemente del tópico del «marimacho» del que tan hartos estamos.
A pesar de los meses que hace desde que vi esta película, aún no he podido decidir si me gustó o no. Cinematográficamente no tengo nada que reprocharle y las actuaciones son grandiosas, pero esa sensación de violar la intimidad de alguien que el espectador tiene desde el momento en el que empieza a verla, consigue hacer que se sienta como el incómodo e inoportuno testigo de una relación que no es para sus ojos. Si esa era la intención del director, lo consigue con creces. También sigo sin saber si recomendaría su visión, supongo que depende de la persona, en todo caso yo prefiero haberla visto que haberme quedado con las ganas.
La película alarga la historia esbozada en el cómic, la explora y la explota con todo el detalle que Maroh nos ahorra en la versión en papel. Sin embargo, a medida que la trama avanza ambas historias se separan, y el final completamente distinto en ambas (melodramático en una, existencialista en la otra) nos da la clave para entender que si bien ambas obras partes de una misma idea (el flechazo de una adolescente confundida por una mujer con el cabello azul) no es la misma historia la que nos quieren contar.

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