Ya sé lo que están pensando: “¡Pero bueno! ¿No se suponía que Nayra sólo pone grupos que conoce ella y cuatro más? ¿Qué pinta aquí Madonna?”. Y tienen razón, pero es que Madonna es… Madonna. ¿Cómo no voy a recomendarla?
Soy consciente de que todo el mundo la conoce, que algunos la odian y otros la adoran. Yo no puedo dejar de encontrarme en el segundo grupo, aunque a veces me lo ponga difícil con sus extravagancias y sus rarezas, y aún así, no puedo dejar de tomarla como referente, de admirarla, aunque sólo sea porque no puedo olvidar cómo a los cinco o seis años bailaba con mi hermana delante de la tele viendo el video de “True Blue”, y que ella, por ser la mayor podía “pedirse” ser Madonna, mientras yo tenía que conformarme con ser una de las coristas; porque no puedo olvidar como a los diez años vi cobrar vida a un santo negro ni como me comía con la mirada a una Madonna morena con infantil admiración, mientras ella cantaba frente a un campo de cruces ardientes y mi madre y mi tía comentaban lo mucho que le gustaba a esta chica la polémica; porque no puedo olvidar el año en el que empecé el instituto, aprendiéndome de memoria las letras de “Bedtime Stories” aunque no las entendiera bien; porque no puedo olvidar cómo me reí a carcajadas en el cine viendo “Moulin Rouge” y su versión de “Like a Virgin”; porque no puedo olvidar en definitiva, ni quiero, que Madonna ha sido a constante en mi vida. Repasemos su vida. Esto va a ser largo…
Madonna Louise Verónica Ciccone nació en Michigan en 1958. En 1977 se mudó a Nueva York con la esperanza de empezar una carrera en la danza moderna, pero terminó convirtiéndose en cantante.
Tras su paso por dos grupos musicales, lanzó su primer disco en 1983, “Madonna” (posteriormente conocido como «The first album») con el que conseguiría un éxito moderado. Aún así, su manera de vestir caló en la juventud y marcaría un antes y un después en la moda de los ’80, con su pelo oxigenado, sus cruces y sus medias de red.
Cuando estaba preparando su segundo disco, le ofrecen un papel en la comedia “Buscando a Susan desesperadamente”, iniciando con ella su controvertida carrera como actriz. Coincidiendo con el estreno de la película en 1983, lanzaría su segundo album “Like a Virgin” con el que conseguiría el éxito internacional más rotundo, y no sólo por los sencillos que contenía (como Like a Virgin o Material Girl) sino por su estilo provocativo y rompedor, algo que se convertiría en marca de la casa.
En 1985 se casaría con el actor Sean Penn e iniciaría su primera gira americana, The Virgin Tour, batiendo récords en la venta de entradas.
En 1986, publica “True Blue” un disco muy alejado de los anteriores en su temática, con letras y melodías más serias. Este cambio no sólo se escenificó con los sencillos del álbum (Live to tell, True Blue, Papa don’t preach, La isla bonita…) sino con un cambio de look: una Madonna más madura, sin joyas y un maquillale mucho más sutil. Aún así, Madonna no se aleja del todo de la polémica. En “Papa don´t preach” interpreta a una chica que se queda embarazada sin estar casada (todo un tabú en la Norteamérica de los ´80) y la frase Last night I dreamt of San Pedro de “la Isla bonita”, unido a la simbología religiosa que empezaba a usar , le consiguió la enemistad con el Vaticano, una enemistad que no hacía nada más que empezar.
En 1987 actúa en la película “Who’s that Gril” y aunque es un fracaso, la banda Sonora, en la que Madonna había incluido varios temas fue un superventas. En verano, inicia el Who´s that girl Tour en Osaka, siendo esta su primer gira internacional. A su paso por Italia el enfrentamiento con el Papa se avivó, al prohibir este que la gente acudiera sus conciertos.
Al año siguiente, su matrimonio con Sean Penn termina en medio de rumores de malos tratos y Madonna se refugia en la creación de su nuevo disco. “Like a prayer” tuvo excelentes críticas seguidas por una fuerte polémica. Acusada de blasfemia por la Iglesia Católica, a causa del video de «Like a prayer», Madonna perdió un acuerdo publicitario con Pepsi y recibió fuertes críticas desde los sectores más conservadores. Sin embargo, nada de esto estropeó el nuevo éxito cosechado.
Otros éxitos de ese álbum fueron «Cherish», «Oh Father» y sobretodo, «Express Yourself», donde por primera vez empieza a explotar su imagen más sexual, preludio de lo que ocurriría en los noventa.
Tras su participación en la película de 1990 “Dick Tracy” se publicó su BSO, que contenía tres canciones cantadas por Madonna, donde ella amoldaba su voz al estilo de los cabaret de los años 30, más un bonus track, una canción de estilo dance- house, «Vogue», cuyo video seguía la estela iniciada por Express yourself.
Ese año inicia el mítico Blond ambition Tour, un éxito a nivel mundial que le valió una nueva disputa con la iglesia. Un documental posterior, “En la cama con Madonna” escenificó los pormenores de la Gira.
A finales de 1990 Madonna lanza un recopilatorio de sus ocho años de carrera incluyendo el tema inédito «Justify my love». Esta canción será recordada sobre todo por su video, en el que se muestran escenas de bondage, sadomasoquismo, homosexualidad y onanismo, y que fue censurado por ser considerado pornográfico.
En 1992 vería la luz la culminación de ese estilo. “Erótica” no es sólo un disco de temática sexual, también es atrevido desde el punto de vista musical. El estilo de Justify my love, donde Madonna en vez de cantar susurra en medio de un coro de gemidos, se continua en un disco de temas largos e instrumentalmente complejo. A pesar de ello, el disco (el primero de Madonna editado en CD) no tuvo el éxito esperado y mucha gente no lo comprendió. Con «Erótica», también se evidenció la crisis artística que Madonna sufrió en los primeros ’90.
Paralelamente a este proyecto, vieron la luz el libro “Sex” y la película “El cuerpo del delito” que mostraban a una Madonna decididamente erotizada. El rechazo a esta sexualidad explícita hizo que parte de su público la abandonara, pero ella se defendía alegando que lo único que hacía era evidenciar la hipocresía y la doble moral americana.
Aún así, sufrió durísimas críticas por su monotema sexual (disco-película-libro) pero ella supo reaccionar y conseguir de nuevo el favor del público.
En 1994 veía la luz “Bedtime Stories”. Rodeada de nombres como Björk o Babyface, Madonna se permite un estilo relajado y espiritual, con sonidos Jazz o R&B y llena de baladas: «Take a bow», «Secret», «Forbiden love»… aunque se permite ser irónica y justificarse por su etapa sexual en «Human Nature», la frase Oops i didn’t know i coudn´t talk about sex es toda una declaración de intenciones.
La canción que da título al disco, co-producida por Björk, es su primera incursión en los sonidos electrónicos, y le serviría de preludio para “Ray of light”. El video, especialmente recordado por sus efectos especiales y sus simbolismos, se exhibe en el MoMA de Nueva York.
Aprovechando su relativo segundo plano después de la exposición mediática a la que la sometió su época anterior, se sumerge en un nuevo proyecto: interpretar a Eva Perón en la película musical “Evita”. Aún así, el rodaje no estuvo exento de polémica, pues muchos veían con malos ojos que Madonna, aún “manchada” por su explicitad sexual, interpretase a un icono como Eva Perón, máxime cuando se sabía que Madonna grabó la película estando embarazada de su amante. Aún así, Madonna ganó el Globo de Oro a mejor actriz de musical o comedia e interpretó la canción “You must love me” en la gala de los Oscar, del año siguiente.
Fue también en esta época cuando Madonna empezó a colaborar con el maquillador Kevyn Aucoin, que la maquillaría en algunos de los videos de ese álbum, como «The Power of Goodbye», y quien publicaría en el año 2000 el libro «Más que maquillaje», en el que representa a Madonna como «La Musa».
Poco después de ser madre, Madonna comienza su andadura espiritual, interesándose por la Cábala y el misticismo de Oriente. Todo esto se reflejaría en las letras de las canciones de su nuevo álbum, guiada por la magistral producción de William Orbit, que supo dar al álbum el sonido etéreo que necesitaba. “Ray of Light” dejó boquiabiertos a los críticos al presentar un disco de pop y electro-techno y a una Madonna madura, equilibrada y espiritual. Las letras de las canciones,de un intimismo inusitado, parecían surgir de las experiencias personales de la cantante, como esta estrofa de «Nothing really matters»: When I was very young, nothing really mattered to me, but making myself happy, I was the only one, Now that I am grown, everything’s changed, I’ll never be the same, because of you o esta de «Drowned World/ substitute for love»: I traded fame for love, Without a second thought, It all became a silly a game, Some things cannot be bought, I got exactly what I asked for, Wanted it so badly, Running, rushing back for more, I suffered fools so gladly, And now I find, I’ve changed my mind.
El álbum tuvo un enorme éxito de crítica y público, y está considerado como el mejor trabajo de Madonna y uno de los mejores de la década (y sí, se nota mucho que esta es mi época favorita de Madonna). JUnto a William Orbit consiguió un nuevo éxito al año siguiente, con la canción Beautiful Stranger, como parte de la BSO de Austin Powers: The Spy who shagged me (tan kisch).
A pesar del fracaso de su nueva película «Una pareja casi perfecta», el año 2000 fue un buen año para la artista: su boda con Guy Ritchie, el nacimiento de Rocco, su segundo hijo y el alumbramiento de «Music». Ya afincada en el Reino Unido, rodeada de nuevos artistas y corrientes europeas (como Guy Sigsworth, uno de los miembros de Frou Frou, productor y co-atur de algunas de las canciones del álbum, como «What it feels like for a girl»), Madonna lanza el que será uno de los discos más exitosos. A medio camino entre la espiritualidad de «Ray of ligth» (evidenciada en canciones como «Paradise, not for me») y el sonido más dance que luego explotaría en «Confessions…», «Music» era un ábum con evidentes referencias a los sonidos y la cultura norteamericana, un hábil guiño al country, que se escenificó con un nuevo cambio de look.
El éxito de «Music» la devolvió a la escena más comercial y le devolvió el favor del público norteamericano y en 2001 realizó el Drowned World Tour, si primera gira en ocho años, una gira espectacular que tuvo excelentes críticas. En 2002, Madonna escribió la canción «Die another day» para la BSO de una película de James Bond (en la que haría un cameo) y que luego se incluiría en su nuevo disco.
«Amercian Life» vio la luz en 2003, y si el anterior era un guiño a la cultura americana, este parecía una despiadad crfítica a la misma y desprendiá un tufillo político que no gustó mucho. Además, fue un relativo fracaso, por considerarse demasiado repetitivo, y el video de «American life» le valió la fama de antipatriota. Aún así, muchos de sus fans, disfrutaron (disfrutamos) de este álbum, que quizá fue mejor comprendido en Europa que en EEUU.
Además, ese mismo año, Madonna volvió a meterse en el ojo del huracán de la provocación sexual, al interpretar junto a Britney Spears y Christina Aguilera una versión de Like a Virgin, con besos lésbicos incluidos, imagenes que dieron la vuelta al mundo (casi tanto como el pezón de la Jackson, pero esa es otra historia…).
A pesar de las duras críticas, Madonna emprende el Re-invention Tour, y como ya hiciera en los noventa, un nuevo documental «I’m going to tell you a secret» desveló los entresijos de la gira.
En 2005, Madonna revivió gracias a «Confessions on a dance floor». Con un nuevo look, setentero y discotequero y un sonido dance y disco, Madonna recurrió a un desconocido productor, Stuart Price, que llenó el álbum de un sonido fresco y de samples de otros temas (algo a lo que MAdonna ya había recurrido antes, no siempre con el permiso de los autores) el más conocido de los cuales fue el del tema «Gimme, gimme, gimme (a man after midnight)» de ABBA en la canción «Hung Up», y la concepción de un CD sin pausas, como si fuera una sesión de DJ. Gracias a este álbum, Madonna recibió sus mejores críticas desde «Ray of light».
En 2006, de nuevo en la cresta de la ola, Madonna emprende el Confessions Tour, con nueva controversia con la Iglesia incluida, a causa de la representación de «Live to tell» que Madonna hacía desde una cruz de espejos, fingiendo una crucificción.
En 2007, Madonna rompe su larga relación con WarnerBros y se pasa a Live Nstion. Dándole una nueva oportunidad a los sonidos norteamericanos, como el hip-hop y el funk, Madonna se rodea de artistas como Timbalad (que como productor había hecho excelentes trabajos con Nelly Furtado y Justin Timberlake) y publica «Hard Candy» en 2008. En medio de rumores de divorcio de su marido y precediendo a su etapa de Cougar Girl, Madonna canta un tema con Justin Timberlake, «4 minutes», que fue el primer sencillo del álbum.
De nuevo en plena Gira, el Sticky and sweet tour, Madonna se divorcia de su Guy Ritchie y se hace público que tiene un amante de 22 años, el ahora famoso, Jesus Luz. Ajena a la controversia que la diferencia de edad generaba, ella se paseó tan contenta con su nuevo novio y declaró recientemente: «Los veinteañeros no saben lo que tienen que hacer, pero pueden hacerlo durante toda la noche». ¿Cómo no admirar a una mujer así?
Muchacha, ¡pedazo de repaso que has hecho! :O
Madonna es "mi ídola". Llevo oyéndola toda la vida porque tengo un tío que es fan desde que empezó. Me he leído su biografía no autorizada y he tenido el libro de "Sex" en sus manos. He ido a dos de sus conciertos y he bailado sus canciones en discos gay ("I'm not sorry, it's human nature"). A pesar de sus altibajos, es la reina, siempre lo será.
Me alegra saber que tengo a otra fan cerquita xDDDD
Ya sabía yo que esto te iba a gustar…